¿Cómo se crea el dinero?

Se suele discutir y debatir en forma interminable sobre el valor del dinero y su rol en una economía. Hay quienes lo consideran el origen de todos los males y abogan por su abolición, mientras que otros quieren sustituirlo por las monedas de moda del siglo 21, es decir, las criptomonedas.

¿Tan malo es el dinero? ¿Qué valor tiene? Para empezar, el dinero no tiene ningún valor en sí mismo, mas que el valor del papel y la tinta en los que está impreso y, aun así, la mayor parte del dinero circulante ni siquiera está impreso. Esto parece obvio, pero el dinero es simplemente una herramienta muy conveniente, que nos permite representar valor, y ese valor depende de que las personas lo acepten como tal.

¿Qué sucedería si no hubiera dinero? Bueno, eso ya lo experimentamos hace miles de años, cuando usábamos el trueque. Los problemas surgen casi de inmediato. Si, por ejemplo, quiero comprar un kilo de manzanas, pero lo que tengo es una vaca, el trueque se vuelve bastante dificultoso. Probablemente la vaca equivale en valor a varias decenas o incluso cientos de kilos de manzanas. Pero si hago el trueque, no voy a poder consumirlas todas antes de que se echen a perder. La alternativa es venderlas a otra persona, que tal vez tenga un cerdo, pero solo una parte, porque la vaca seguramente valga más que el cerdo. El resto de las manzanas se las tendré que vender a otras personas, que a su vez necesiten manzanas. Todo este proceso hay que hacerlo en un tiempo limitado, porque las manzanas se echan a perder rápidamente. En otras palabras, la simple transacción de comprar un kilo de manzanas se convierte en una larga e intricada cadena de trueques, que me harán perder mucho tiempo y seguramente también valor, porque algunas manzanas se me estropearán por el camino.

Por otro lado, si puedo convertir la vaca en otra cosa que represente el mismo valor, pero que no se eche a perder y que me permita dividir ese valor en partes arbitrarias, entonces la cosa mejora sustancialmente. Eso es básicamente el dinero, el cual surge casi simultáneamente con la civilización porque ya desde el comienzo, el hombre se dio cuenta de los problemas que el dinero podía resolver.

Ahora bien, hasta hace unas décadas atrás, el dinero estaba respaldado por el oro, el llamado patrón oro. Esto implicaba que, por cada dólar en existencia, el gobierno debía poseer una cantidad predeterminada de oro que la respaldase. Si bien esto puede parecer algo sensato, el patrón oro trae más problemas de los que resuelve.

Pensemos primero de donde viene el valor o como se crea la riqueza en una economía. Digamos que Ud. tiene 1 dólar con el cual compra unas semillas de tomate. Su plan, por supuesto, es plantarlas y en unos meses cosechar, por ej. 100 tomates. Si el tomate cotiza, a su vez, a 1 dólar la unidad, usted ha creado valor o riqueza por el equivalente a 100 dólares, que antes no existían. Solo ha tenido que invertir ese dólar, que ya existía previamente. Si la mitad de esos tomates se echan a perder, entonces se destruirán 50 dólares de los 100 creados inicialmente. Vemos aquí que el valor o riqueza en una economía es algo muy dinámico. Tan dinámico como la producción de bienes y servicios que se crean, o se dejan de crear, en una economía.

Ahora bien, si el dinero está atado a una cantidad fija (o que varia muy poco) de un metal precioso, inevitablemente vamos a empezar a observar discrepancias entre la cantidad de dinero y el valor o riqueza total que existe en la economía en un momento dado. Eso generará algunos problemas. Por ejemplo, si hay una recesión, es decir, si la economía reduce su ritmo de producción, empezaremos a observar inflación, porque la misma cantidad de dinero (que no ha variado) puede comprar menos cosas que antes. Por el contrario, durante una expansión económica, se observaría deflación, que tampoco es deseable.

La alternativa es eliminar la dependencia del dinero con el metal precioso, que, si lo pensamos, es una dependencia absolutamente arbitraria. ¿Por qué no usar hierro, níquel o tal vez alguna materia prima renovable, como azúcar o trigo? En lugar de eso, parecería más razonable “atar” el dinero a la riqueza que una economía genera, es decir, al valor total de los productos y servicios en esa economía (o PIB). De esta forma la cantidad de dinero circulante variará en todo momento, pero representará el valor de la economía de forma más realista. Eso es exactamente el sistema monetario que tenemos actualmente.

Sin embargo, una vez que rompemos la vinculación con el oro, empiezan a surgir los conceptos de impresión arbitraria de dinero, algo que suele ser mal entendido. Si un gobierno, por ej. el de EEUU, es el único habilitado para imprimir dólares, ¿Qué le impide imprimir una cantidad virtualmente infinita de dinero y enriquecerse en forma indefinida? Parece algo trivial, ¿no?

En primer lugar, la impresión física de dinero no es la forma en que se crea dinero realmente, pero eso lo veremos en breve. Por el momento asumamos que así es. ¿Qué sucedería, entonces, si el gobierno americano decidiera, mediante la impresión de billetes, duplicar la cantidad total de dólares circulantes y dárselo a todos sus ciudadanos? El costo de hacer eso no sería muy alto: sólo el papel y la tinta necesarios para imprimir esos billetes, algo que probablemente sea mucho más barato que construir un avión de guerra, por ejemplo. Pero mejor aún, ¿Por qué no simplemente duplicar el saldo de las cuentas bancarias de todos los ciudadanos americanos? El costo de hacer esto es prácticamente cero. Entonces, ¿por qué no se hace?

Creo que ya se puede imaginar cual serían las consecuencias de hacer algo así. El incremento arbitrario de dinero sin el correspondiente incremento de bienes y servicios simplemente hará que esos bienes y servicios cuesten mas caros, es decir, estaremos generando inflación. Para verlo más claro, volvamos un momento al ejemplo de los tomates. Imagine que en una economía hipotética existen solo 100 tomates (y ninguna otra cosa) y exactamente 100 dólares. Cada tomate vale, por tanto, 1 dólar. Si de la noche a la mañana, la cantidad de dinero en esa economía se incrementa mágicamente a 200 dólares, entonces cada tomate pasará a costar 2 dólares. Esto es así, simplemente porque la cantidad de productos que ese dinero puede comprar no ha variado en lo absoluto. Al duplicar el dinero de todas las personas, no estaríamos logrando absolutamente nada, simplemente remarcando precios.

Ahora bien, ¿por qué se habla tanto de que el gobierno americano está imprimiendo billetes en forma incontrolada? ¿Y que la razón de esto es básicamente sostener el mercado de acciones (Wall Street), para favorecer a los más ricos? Acabamos de ver que la impresión de dinero no tiene ningún efecto, además de incrementar la inflación.

La respuesta yace en la idea errónea que solemos tener de lo que el gobierno hace realmente. ¿Cómo se inyecta, en realidad, dinero a una economía? ¿Ha visto Ud. que algún gobierno regale dinero sin ninguna razón? Si lo hiciera, ganaría siempre las elecciones y se mantendría en el poder para siempre. La respuesta es que la “creación de dinero” no se basa en la impresión física del mismo, que ya hemos visto no tiene ningún efecto.

El dinero físico en circulación es solo una fracción del dinero total existente en una economía. La mayor parte del dinero existe en forma de crédito, y es así como se crea “de la nada”. ¿Cómo funciona?

Imagine que Ud. tiene 100 dólares y los deposita en su banco. Una vez que esto sucede, el banco no los dejará en una caja fuerte durante años, como veíamos en las películas del viejo oeste. El banco lo pondrá en circulación en forma inmediata, prestándolo a quien lo solicite. ¿A quiénes? Pues a personas y sobre todo a empresas que buscan financiación para sus proyectos de inversión y expansión. Cuando esto sucede, sus 100 dólares se convierten en 200: los que Ud. tiene en su cuenta, y los 100 que otra persona (o empresa) solicito prestado. Si esa persona (o empresa), a su vez, deposita esos 100 dólares en su propio banco, sucederá lo mismo: Ese banco los volverá a prestar y en forma “mágica” habrá ahora 300 dólares en circulación. Y así sucesivamente. Esos 200 dólares creados de la nada, existen en forma de crédito y son usados para comprar bienes y servicios, al igual que los 100 que Ud. depositó inicialmente, tal vez como parte de su salario. El hecho de que no existan físicamente es irrelevante.

La realidad es que son los bancos privados o comerciales, los encargados de “crear dinero de la nada”, y no los gobiernos o sus bancos centrales. La creación de dinero es simplemente una operación contable para los bancos, originada a partir de un préstamo. Y ésta es la forma que toma la mayor parte del dinero disponible en una economía: crédito.

Lo que los gobiernos y bancos centrales hacen en realidad, no es crear dinero directamente, sino aplicar medidas monetarias para estimular el crédito durante las recesiones, es decir, medidas destinadas a hacer más atractivo el pedir un préstamo y financiar así un proyecto de inversión (o un consumo). Estas medidas de estímulo provocan un incremento en los préstamos otorgados por los bancos y esto, a su vez, hace que la cantidad de dinero en la economía aumente.

Una de estas medidas puede ser bajar los tipos de interés, que indirectamente provoca una reducción de las tasas de interés exigidas por los bancos para otorgar préstamos, haciéndolos más atractivos. Esto es exactamente lo que ha hecho la reserva federal de Estados Unidos para contrarrestar la recesión provocada por la pandemia de Covid-19 (además de otras medidas). Un incremento en la inversión que hacen las empresas debería crear más empleo y, eventualmente, ayudar a salir de la recesión (o al menos ese es el objetivo).

Por el contrario, cuando la economía se acelera, los bancos centrales aplican medidas para reducir el crédito, o lo que es lo mismo, reducir la cantidad de dinero presente en la economía (o al menos que se creé en forma más lenta). ¿Por qué hacen esto? Para controlar la inflación. Una economía en donde la demanda (o consumo) aumenta en forma incontrolada, provocará inflación si la oferta de productos y servicios no puede mantener el ritmo de esa demanda.

En resumen, quienes crean dinero realmente son los bancos privados y no los gobiernos (o sus bancos centrales). ¿Y qué determina esa creación de dinero? Pues simplemente la demanda de crédito que exista en esa economía. Si nadie quiere pedir prestados los 100 dólares que acabo de depositar, el banco no puede duplicarlos por voluntad propia: debe haber una demanda de ese dinero.

Quien crea dinero en una economía es, en última instancia, la sociedad misma que sostiene a esa economía, es decir, Ud., yo y todas las personas y empresas que solicitan un crédito para financiar una actividad comercial que, a su vez, generará más productos y servicios (y por tanto, más valor). El dinero total en una economía representa, en definitiva, lo que esa economía produce. Y así es como debe ser, o al menos hasta que encontremos un mecanismo mejor.

La idea de que los gobiernos crean dinero en forma arbitraria y con fines dudosos, es errónea. Podremos estar de acuerdo o no con la efectividad de ciertas medidas en un momento dado, pero el planteo de teorías conspiratorias no nos ayuda a entender cómo funcionan las cosas realmente.

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