¿Por qué invertir en ETFs y no en compañías individuales?

La respuesta corta es: Diversificación. Al invertir en compañías individuales tendremos mayor potencial de retorno pero también mayor potencial de pérdidas.

Por otro lado, una compañía puede irse a la quiebra en cualquier momento mientras que es muy poco probable que eso ocurra con un ETF.

Esto no significa que los fondos de inversión nunca cierren sus puertas, pero si estamos hablando de ETFs como SPY o VOO, que replican el S&P500, difícilmente veremos algo así. Para que estos ETFs se vayan “a la quiebra”, la economía americana debería colapsar. Si eso ocurre, el resto del mundo le seguirá y en ese escenario ninguna inversión mantendrá su valor, ni siquiera el dinero en efectivo.

Ahora bien, si asumimos que el mundo no desaparecerá en los próximos 50 o 100 años (no lo apostaría), ¿por qué invertir en un instrumento que tiende a darnos un retorno inferior? Los fondos de inversión indexados invierten en las mejores compañías del mercado, pero también en las peores, no hacen distinción.

Alguien astuto nos dirá: Simplemente debemos invertir en las “buenas” compañías con las mejores perspectivas de crecimiento futuro y problema resuelto.

Y es cierto: Si hacemos esto seremos los mejores inversores de la historia. Para ello necesitaremos una sola cosa: Una bola de cristal.

Verá, todo el problema se reduce a encontrar aquellas compañías que destacarán en el futuro y eso es prácticamente imposible de hacer. Podemos tener suerte un par de veces, pero eventualmente invertiremos en alguna compañía que no cumple con las expectativas. Cuando eso pase, y créame que pasará, nuestras ganancias previas se verán canceladas o reducidas en forma significativa por las pérdidas sufridas.

Si creemos ser capaces de encontrar a los ganadores en todo momento, nos estamos engañando. Si alguien nos dice que puede lograrlo, a cambio de una pequeña comisión, pues nos está timando. Es como apostar al caballo ganador: Podemos saber cuál está en mejor condición física, cual tiene el mejor jockey, el que ha ganado más carreras, el que tiene mejor pedigrí,….Nada de eso le dirá si va a ganar la próxima carrera.

Algunas veces ganaremos y otras perderemos por lo que en el largo plazo nuestros beneficios serán un promedio similar o inferior al resto del mercado. Podemos obtener ese mismo beneficio con ETFs como SPY y VOO. La diferencia es que lo haremos sin perder nuestro tiempo, esfuerzo y dinero intentando hacer apuestas arriesgadas.

¿Considera a Microsoft una buena compañía en la que invertir? Es una empresa líder del mercado de software para PCs y su marca es conocida en todo el planeta. Comenzó a cotizar en bolsa allá por 1986. Para finales de 1999 su retorno anual superaba el 50%. Muy superior al 17% del S&P500 en el mismo periodo.

Ciertamente Microsoft parecía una inversión brillante en 1999 en comparación con el resto del mercado.

Por supuesto, esa fue la época de la burbuja de las punto com. En los siguientes 3 años Microsoft perdió casi el 70% de su valor en bolsa. Desde ese entonces hasta ahora, casi 20 años después, su retorno anual ha estado por debajo del S&P500. Alguien puede argumentar que para 1999 habríamos ganado tanto dinero que podríamos fácilmente compensar todas las pérdidas que siguieron. De nuevo, es cierto, pero el problema es que un inversor promedio no habria invertido en esta empresa en 1986, sino mas bien cerca del tope de la burbuja tecnológica, cuando era evidente que esta empresa estaba teniendo un rendimiento excepcional. En otras palabras: El inversor promedio suele llegar tarde a la fiesta y acaba pagándolo caro.

La inversión en compañías individuales presenta demasiados riesgos y en general no somos recompensadas en forma acorde.

Siempre ocurrirán eventos totalmente impredecibles que afectarán (positiva o negativamente) el precio en bolsa de una compañía: Un fraude contable no detectado, una demanda legal, una nueva barrera comercial, un escándalo sexual de alguno de sus directivos, un fallo técnico o un agujero de seguridad en el último producto lanzado al mercado, etc.

Da igual si nuestro análisis financiero de la compañía la coloca como una excelente inversión: estimar la evolución futura de su precio en bolsa es como jugar a la lotería.

Si aun así le interesa invertir en alguna compañía especifica, no dedique más del 5% de su portafolio en ella. Si ésta se desploma 50%, esto no representará más del 2.5% de su inversión.

En resumen: Los cimientos de su portafolio deben ser ETFs altamente diversificados. No es que deba evitar por completo invertir en compañías individuales, pero éstas deberían representar solo una fracción de inversión total.

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